LAS HIERBAS SILVESTRES

no necesitan la mano del hombre, porque crecen espontáneamente en parques, praderas, é incluso en el jardín de tu casa. Nunca fueron cultivadas y resultan ser muy robustas é independientes, y sobre todo son gratuitas. Los nombres de ortiga, ajo de oso, margarita ó diente de león nos suenan familiares, pero el asunto se complica cuando oímos hablar de por ejemplo: pamplina, hiedra terrestre (serpol), llantén ó «Giersch».

Las «hierbas salvajes» aventajan a las plantas cultivadas, porque contienen más vitaminas y minerales y además pueden depurar y desintoxicar a nuestro organismo para ponerlo otra vez a flote. Por ejemplo una margarita vellorita tiene 3x más potasio, calcio, hierro y magnesio que una lechuga. Incluso superan las verduras “bio”.

Las sustancias amargas de las hierbas silvestres se encargan de una sana flora intestinal. El alto componente de flavonoides tiene un efecto antibacteriana y protege a las células de los radicales libres. El ácido silícico – sin el cual ninguna planta podría mantenerse erguida – proporciona ambas cosas: estructura y flexibilidad. En el hombre fortalece a los huesos y el sistema inmunitario. Nos podemos aprovechar de todo lo que llevan las plantas silvestres incorporado para su propia protección y supervivencia, alimentándonos con ellas.

Las hierbas silvestres son sabrosas y aromáticas, y muy aprovechable para todo tipo de ensaladas, «smoothies» verdes, hervidas en tortillas, preparadas como sopas  (Sopa de Nueve Hierbas), como Pesto, y en infusión para beber.

ORTIGA:  las hojas estimulan todo el metabolismo, y son efecaces en caso de reuma, atrosis, gota, en trastornos de vesícula biliar y hígado. Mejoran la diuresis, depuran y desintoxican. Otra cualidad singular de la ortiga es que su elevada proporción de hierro puede reponer la reserva de hierro en el hombre. La ortiga posee 3x más hierro que las espinacas, ó como un filete de solomillo de ternera. En lugar de combatirlas con sabe Dios que medios, deberíamos mejor cuidarlas é incluirlas de vez en cuando en nuestros menús. (al cogerlas hay que llevar guantes…… sino quema!!)

DIENTE DE LEÓN: es una planta amarga, que estimula todo el metabolismo, activa las funciones de los riñones y de la vesícula biliar, proporciona alivio en el caso de reúma y gota, es depurativo, y contrarresta la formación de piedras biliares, regula la digestión, y en general es fortificante y reconstituyente. El diente de león es por su composición muy superior a la lechuga común, porque tiene valores más elevadas en vitamina A y C, calcio, magnesio, hierro y proteínas.

Como en los distintos países y regiones hay una gran diversidad de hierbas silvestres, os recomiendo que vayáis al campo y mirad lo que hay. Seguro que hay “paseos para recolectar hierbas silvestres” en vuestra region. La gente mayor suele saber mucho más que nosotros de ese tema!

Consejos para la recolección:

– Garantía de que son frescas:  la mejor opción es cogerlas uno mismo.

– La mejor hora para la recogida son la primeras horas de la mañana y al atardecer. Preferentemente en bosques y praderas apartadas.

– Hay que lavarlas muy bien en agua fría.

– Hay libros buenos con fotos de las plantes, que ayudan a identificar.

– Pero mejor es ir la primera vez con alguien que sabe.

– Paseando por la naturaleza buscando hierbas silvestres es una auténtica gozada, enriqueciendo nuestros conocimientos, y esto repercutirá en nuestra salud e independencia.

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