Malos acidificantes

Azúcar

Alimentos y bebidas endulzantes

Productos de harina blanca (incluye pasta blanca)

Alimentos prefabricados

Nicotina y alcohol

Bebidas gaseosas (incluye agua con gas)

Café y té negro

Carne, especialmente la carne de cerdo

Pescado y marisco

Pastillas que contienen acetilsalicílico

Esfuerzo físico desmesurado

Pobre suministro de oxígeno (debido a poco movimiento físico/poco deporte)

Miedo, estrés, rabia

Nuestro objetivo debe ser mantener un equilibrio en la variedad de nuestra alimentación así como vigilar las cantidades que ingerimos: un buen trozo de carne de buena calidad no es ningún peligro para la salud, porque la carne aporta también ingredientes saludables. Una copa de vino por la noche tampoco hace daño.

Pero una constante ingesta de azúcar blanco y productos de harina refinada (blanca), y las sustancias que se generan al metabolizarlas, son alimentos decisivos que hay que evitar o al menos reducir.

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